La deserción escolar es una de las grandes problemáticas que enfrentan los niños, niñas y jóvenes en las zonas rurales del país, por ejemplo en Muzo, un municipio que se ubica al occidente del departamento de Boyacá, conocido como la ‘Capital mundial de la esmeralda’, el 33% de los estudiantes se desvinculan de sus estudios por diferentes factores: económicos, desplazamientos de sus padres o violencia.
Ante este panorama la Fundación Colombianitos en compañía de la Fundación Muzo y la Fundación Bolívar Davivienda, iniciamos el proyecto ‘Un gol a la deserción’ que tiene como meta beneficiar a 220 personas entre niños, niñas, jóvenes, padres de familia y docentes del municipio de Muzo.
Esta iniciativa implementa estrategias pedagógicas, deportivas y psicosociales en la Institución Educativa ‘Concha Medina de Silva’ y en sus seis sedes: La Isla, La Cañada, Sabripa, Guadualon, la Paita y Cristales, promoviendo la permanencia e inclusión escolar como un entorno protector.
“En la institución educativa se realizan acciones de formación y acompañamiento con metodologías activas y estrategias para promover la permanencia e inclusión escolar, mientras que los beneficiarios del proyecto fortalecen sus competencias socio-emocionales para prevenir factores de riesgo en su desarrollo integral”, asegura Gladys Sanmiguel, Directora Ejecutiva de la Fundación Colombianitos.
Entre la población beneficiaria hay niños y niñas que cursan desde grado 0 hasta 11 y sus edades oscilan entre 6 y 18 años de edad. Así mismo, en el proyecto participan 16 docentes de la institución educativa en jornadas de capacitación y transferencia metodológica.
El proyecto contempla entrenamientos deportivos adaptados a las necesidades inclusivas de niños y niñas de la zona, la adaptación de la metodología implementada por Colombianitos permite tener un enfoque inclusivo con niños con discapacidad, como autismo, asperger, Down, Rett, Déficit Cognitivo, parálisis cerebral, ceguera y sordera.
También hay espacios de formación psicosocial para padres de familia y/o cuidadores de los beneficiarios, una manera efectiva de involucrarlos en los procesos académicos y el proyecto de vida de sus hijos.
Este tipo de iniciativas que llegan a los territorios son estrategias que permiten generar espacios de diálogo en favor de los niños, niñas y jóvenes, ayudando a fortalecer en ellos habilidades para la vida, promover competencias socio-emocionales y académicas, redefinir su proyecto de vida como estrategias que buscan la continuidad y finalización de sus estudios y aún más cuando se involucran a sus docentes, padres de familia y/o cuidadores.
Aportar a estos territorios, donde históricamente la violencia, la explotación, la prostitución y otros derechos que han sido vulnerados, es de gran relevancia, porque permite hacer construcciones con los protagonistas educativos de territorios que son olvidados y visibiliza a los niños, niñas y jóvenes de la región.
La Fundación Colombianitos ha desarrollado procesos pedagógicos con la institución educativa en alianza con la fundación de la minería MTC, situación que favorece la acogida de la comunidad y la oportunidad de continuar con el proceso iniciado desde el 2017.
Cifras y antecedentes de la deserción escolar en Boyacá
La deserción escolar es un fenómeno que debe afrontar todas las instituciones educativas, en el departamento de Boyacá los reportes que se registran en el SIMAT, corresponde en gran medida a traslados de los estudiantes por migración de sus padres a otros departamentos, afectando significativamente la cobertura departamental, situación que la reafirma la ENDE (2019) donde el 33% de los estudiantes se desvinculan de sus estudios por desplazamiento forzado.
Según el informe ‘Crecer con hechos y derechos. Primera infancia, infancia, adolescencia y Juventud’ (Boyacá, 2019), la dinámica de la deserción en Boyacá se da la siguiente manera:
“La deserción escolar intra–anual para el nivel de primaria presentó aumento entre 2015–2016. Para el año 2015, se ubicó en 2,54% que equivale al retiro de 1.422 escolares; el mayor porcentaje de deserción se da en el año 2016 con 1.489 estudiantes mayoría de la zona urbana donde se han matriculado más estudiantes, muchos de ellos antes pertenecían al área rural, pero por no contar con continuidad en este servicio se ven obligados a desplazarse a los centros urbanos. Para los años 2017 y 2018 esta relación disminuyó de 2,53% a 2,07%.
En el nivel de media que corresponde a los grados de décimo, once, doce y trece, la tasa de deserción escolar para el año 2015, asciende a 1.96% que equivale a 416 estudiantes del total de la matrícula de este nivel de municipios no certificados del departamento de Boyacá; 228 estudiantes desertores pertenecen a la zona urbana y 118 a la zona rural”
Los niveles de deserción de la educación básica y media en el departamento de Boyacá es una situación muy preocupante ya que el 13% de los mayores de quince años son analfabetas (DANE, IPM, 2018). Esta realidad, agudiza las enormes desigualdades entre los habitantes rurales. Según los cálculos del Ministerio de Educación, acorde a la última medición de deserción intra anual del año anterior, la estimación fue de 2,99%. (Abril, 2021).
Situación en Muzo
A esta situación de deserción se suma las características culturales y sociales que tiene el municipio de Muzo por su contexto histórico de región esmeraldera, basada en relaciones jerárquicas de poder, apropiación del territorio, la presencia de empresas legales como la minera MTC ha permitido ayudar a generar una cultura de legalización, de estabilidad laboral y de apoyo a las necesidades de las comunidades cercanas a la mina.
Sin embargo, aún se encuentran las familias de los guaqueros, familias campesinas tradicionales y se sigue presentado fenómenos de explotación y comercialización de esmeralda.
Los pobladores de Muzo hablan de un pasado de mucha violencia con un gran ‘derramamiento de sangre’ a los cuales se les sumaban los vicios del alcohol o la prostitución, pero, actualmente, ya no se presentan de manera evidente dichas situaciones, sino que hay una pobreza extrema en especial en las cercanías a los sectores mineros. Anteriormente, cuentan los habitantes de Muzo, cuando no existía la empresa, la gente podía buscar la esmeralda de manera más libre lo cual implicaba un derroche del dinero producido por la fácil comercialización.
Este panorama impacta a los NNAJ que están incluidos de manera directa e indirecta, en las poblaciones juveniles se generan problemas de exclusión, falta de oportunidades, reproducción de la pobreza, embarazos a temprana edad, altos índices de muerte violenta, marginalización del acceso a la ciencia y la tecnología, a la participación en ámbitos políticos, a la recreación entre otros.
Estas dificultades se convierten en factores para que los jóvenes empieces a dejar al lado el interés por sus estudios e ingresen a diversos entornos de ilegalidad como redes de narcotráfico y contrabando, prostitución y a grupos armados al margen de la ley como guerrillas, paramilitares, delincuencia común, milicias privadas.
Según el DANE y sus Proyecciones de población para el 2019, el 24,14% de la población en Muzo está entre los 15 y 29 años, es decir, aproximadamente dos mil jóvenes pertenecen a la población muceña para el año 2019.
La experiencia que ha tenido la Fundación en el territorio de Muzo y el acercamiento con los estudiantes, docentes, familias y la institución ratifica la necesidad de continuar implementando estrategias que aborden temas relacionados con las habilidades para la vida, competencias lectoras y de matemáticas, proyecto de vida, metodologías activas en los docentes, así como, incluir a sus familias como sistema esencial para el crecimiento integral de los NNAJ.